La tradición ideológica universal demanda definiciones y en el marco de las definiciones se construyen los agrupamientos que históricamente devienen en los extremos antagónicos: capitalistas y comunistas, demócratas y republicanos, colorados y liberales, cerristas y olimpistas. En boca de los autoritarios es común escuchar que hay que ser “café o leche” no “café con leche” y pensamientos de ese tipo.
Estos últimos días fuimos partícipes del debate referido a “colocados e incolocados” que ha sido motivo de congregación en torno al Club de los Incolocables para atender intereses comunes pero generando situaciones un poco intolerantes dentro de la línea de quién se colocó, quién abandonará el club, en qué anda el doc, quién está en crisis y preguntas de ese tipo.