He aquí que uno de los sueños que me gusta soñar es con la casa ideal que di en llamar “La casa del domingo” porque generalmente lo practico el domingo y en sintonía al punto que el sueño quiere ser premonitorio y hasta recurrente digno de un aprendiz de ciudadano planetario.
Y qué es “La casa del domingo” y es una casa; sin mayores pretensiones, sin nada extraordinario más allá del confort y calidez pretendidos y sin más aspiraciones que ser eso: una casa.
En fin, es un jalón más íntimo que comunitario, es algo dulce y desafiante; es algo que se vive y se siente pero se habrán dado cuenta que el tema no es la casa ni el lugar sino la persona que quiero que la habite conmigo…
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