La mesa congrega a apóstoles, caballeros y circulistas. A
algunos para saber quien será el traidor, a otros para dar cuenta del valor y
la unidad y a los circulistas para soñar.
Diríamos la mesa para comer o la mesa para planchar, pero
para nosotros fue la mesa de los sueños. Los sueños que en forma de palabra
veloz en medio del trepidar de mandíbulas crujientes de dientes ansiosos de
devorar tan prodigioso manjar han sido protagonistas de una nueva celebración
de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario