En nuestra particular forma de ver el mundo y las cosas y actuar en consecuencia (cultura) damos al líder la potestad de regir sobre “bienes y hacienda” y mediar entre los arcanos y el cocido con leche. Lo tiene que hacer todo, tirar el centro y cabecear; sembrar el pasto, criar la vaca y asar.
No hay tarea más ingrata ni más desgastante que liderar aunque más no sea la compra del pisco sauer para la guitarreada; no le vamos a dar gusto a la gente y el premio será ser elegido JUDAS KÁI.
En nuestro caso, la anécdota de la elección del Judas Kái para el Sanjuanazo de Viña del Mar es una anécdota, pero es un recordatorio para todos los que optamos por asumir esta difícil misión. Liderar es sufrir y el líder está comprometido con la cultura que le condena.
2 comentarios:
Excelente y muy puntual comentario compañero Félix, que va para todos, aqui el pintado no va,tampoco el tibio, hay que mojar la camiseta; y si hay que quemarse, adelante, TODO SEA POR SER LIDER...
¡Reflexivo! Asi como nos acostumbras todos los dia. Verdaderamente el precio que deben pagar los lideres que gerencian cualquier cosa sin que se les indique o se les solicite es tremendo , y como si eso fuese poco , se les hecha el caños sin consideracion alguna , pero bueno , "es la ley de la vida" dice la expresion consoladora.
Adelante lideres somos mas lo que reconocemos el valor del servicio que realizan
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