La guerra histórica ha pasado hace más de setenta años y sus efectos siguen tan presente como entonces en la piel de protagonistas y realidades. Y es así; cansados cuerpos sostienen la memoria y nos cuestionan qué estamos haciendo con la patria y la paz que nos legaron.
Es la pregunta a la que debemos ensayar respuesta desde nuestro compromiso de líderes y educadores. Queremos la paz de boca para afuera, quieta, de sepulcros blanqueados o vamos hacia la “tensión” creativa, innovadora y fructífera que nos reportará la PAZ que surge de los músculos que han dado su mejor esfuerzo.
Así siento.
San Lorenzo, 12 de junio de 2007
1 comentario:
Busquemos la PAZ que se sustenta en el deseo de superacion, el apetito que el saber continuo despierta, esa paz que descansa en el logro personal evidenciado en obras de bien comun, y que se visualizan en nuestro quehacer educativo.
Arriba los magister paraguayos en Chile!!! hurra, bip,bip!!
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