martes, 20 de marzo de 2007

EL SER, EL DEBER SER Y EL NO SABER QUE SE ES

EL SER, EL DEBER SER Y EL NO SABER QUE SE ES

Llevo días bebiendo de la cultura de este hermoso país que nos acoge, y, entre clase y clase, música y música y hasta algún trago y trago me he puesto a pensar sobre la naturaleza de mi presencia en esta maestría, mi compromiso con la educación, y si se quiere de mi vida. No tengo ninguna intención de navegar por la profundidad de la filosofía, la consciencia o el alma; estas palabras son sólo una forma de dar escape a la llama de la interioridad.

Estoy en un programa de magíster al que me adherí gracias a las competencias demostradas en un proceso nacional de selección. Las motivaciones que me llevaron a postularme son variadas girando de lo profesional a lo personal. Firmé un contrato que me compromete con la educación del país, su reforma y sus fines y objetivos y me exigieron entrega y “alta tolerancia a la frustración”. Me piden que me convierta en “la masa crítica” que me supongo que es “ser” un profesional capaz de liderar en la reforma.

Me siento con el compromiso de mirar y admirar los procesos y teorías que sustentan nuestro modelo de educación para que la luz de mi ciencia y mis convicciones me lleven a “ver” a “orientar”, en suma a “construir” una educación mejor para los paraguayos y paraguayas que en sucesivas generaciones van a ayudar a pagar mi costosa formación. Tengo que poner mi mejor esfuerzo para cumplir ese cometido; tener la mente “fresca”, el lápiz “afilado” y la compu “programada”.

Ahora bien, por más que me encuentre a miles de quilómetros de las autoridades ministeriales, mi colegio y mi vida profesional, me encuentro con que tengo que lidiar con la misma cultura y contracultura que rige la realidad de nuestras instituciones y quiere “incidir” en mi forma de concebir este momento de mi vida. Es la misma sensación que han de sentir los que experimentan una situación sobrenatural; no lo “ven” pero lo “sienten”.

Creo que las personas que comparten conmigo esta experiencia de formación me deben dar la oportunidad de ensayar mi capacidad crítica, mi entendimiento de la situación, mi bohemia y mi inseguridad. Yo quiero equivocarme y proyectarme. Quiero pensar, cuando lo crea conveniente, con una idea diferente al estándar del sistema. Quiero reírme de las cosas que me pasan, de las respuestas que doy a las diversas situaciones que se presentan y hasta de mi lado “oscuro”.

Quiero escribir cosas en función a lo que pienso y no en función al “que dirán” o si le va a gustar a la coordinación de turno, la directora, el supervisor, el ministro, el ere ere´a. Quiero ensayar mi capacidad crítica conmigo mismo y reírme de mi cultura, más allá de la apreciación de la forma y el fondo. Quiero ser lider.

Viña del Mar, 20 de marzo de 2007

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi estimado colega y correligionaro comparto plenamente el contenido de este articulo, es más creo que de a poco nos vamos definiendo en función a estos pequeños acontecimientos que se van generando día a día, en fin, si tu carrocería no da para el empedrado no tenés que arriesgarla, aquí estamos para entregar contenidos(a corto o largo plazo)pero debemos hacerlo, aquí todo es ganancia, por lo tanto tenemos que ponernos las pilas y asumir nuestros acto o de lo contrario reunir el dinero necesario y abandonar esta maestría
HE DICHO!!!

Anónimo dijo...

Si tu saco te queda como la campera UVM, es decir un poco grande, emoi nde pyre havo, a embovu camisa lomo; pero si estamos aca ya estamos para pololear con la maestria,no importa los medios si cumplimos con el fin, excelente colega magister!!! Paraguayo no guevi leka!!

Anónimo dijo...

Y las consecuencias....????

Anónimo dijo...

En las consecuencias solo piensan los que arrugan, carajo!!!

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